El bullying, pérdida de la seguridad, autoestima...un duelo en clase que debemos tomar atención


Bullying
 significa “violencia entre pares por abuso de poder”. 

El bullying o acoso escolar, implican un desequilibrio de poder entre acosador y víctima, incluyendo agresividad física, verbal, psicológica y social, con daño intencionado. Además, se presentan de forma reiterada, repitiendo y manteniéndose en el tiempo, en muchas ocasiones, debido a la ignorancia o pasividad de las personas que rodean a los agresores y a las víctimas , dificultando así la intervención. En la situación de bullying o acoso escolar, se da una dinámica de roles iniciada por un agresor, apoyado generalmente en un grupo observador, contra una víctima que se encuentra indefensa.

Los estudios realizados detectan una relación inversa moderadamente significativa entre el fenómeno bullying o acoso escolar y rendimiento académico

En el caso de la víctima, la vivencia de ataque provoca descenso de la autoestima, estados de ansiedad e incluso cuadros depresivos, pudiendo llegar al suicidio, con la consiguiente imposibilidad de integración escolar y académica. Estos niños y niñas consumen energía en su defensa y miedos, alterando la capacidad de memoria, distorsionando la capacidad cognitiva, dificultando la concentración, y por lo tanto, perjudicando gravemente el aprendizaje. También se ve afectada la socialización, agravada además por un aumento de la tasa de inasistencia, llegando en algunos casos al abandono escolar.

El rol agresor, presenta una autoestima deteriorada y baja motivación escolar, actuando impulsivamente, evidenciando dificultades de atención y concentración, factores esenciales en el aprendizaje. Paralelamente, está sujeto a consecuencias indeseadas y puede suponer para él/ella un aprendizaje inadecuado sobre cómo conseguir objetivos y por tanto, estar en antesala de una futura conducta delictiva.

Hay un tercer grupo que no debemos dejar de lado que son los observadores, en el caso de los observadores, también ven afectado su rendimiento escolar, ya que viven situaciones que les suponen un aprendizaje sobre cómo comportarse ante situaciones injustas y un refuerzo para posturas individualistas y egoístas, viéndolo como una salida llegando a valorar como posible y respetable la conducta agresiva, pudiendo generar en ellos/as la desensibilización que se produce ante el sufrimiento de otros, a medida que van contemplando acciones repetidas de agresión en las que no son capaces de intervenir para evitarlas. Todo esto genera conflicto de valores, falta de concentración, miedo, confusión, inseguridad y disminución de la autoestima, afectando directamente a su capacidad de trabajo y rendimiento escolar.

Como conclusión hay que resaltar el daño personal, social y académico que sufren todos los roles que intervienen en una situación de acoso escolar o bullying, siendo prioritario la prevención y/o la intervención lo más inmediata posible.

#NoAlBullying

Fuente: María Bustamante

Unidad de Psicología Infantil





Comentarios

Entradas populares de este blog

El duelo también llega a los hospitales

Presentación Experiencia: del aula virtual a la webquest y al blog relacionada con una temática de la orientación educativa