Este blog está creado para conocer lo que es el duelo y la pérdida; momentos que todos atravesamos en diferentes momentos de nuestra vida. Poco a poco caminaremos juntos por diferentes momentos del duelo, hasta llegar al duelo escolar, haciéndoles llegar a los maestros herramientas para la contención emocional en el aula.
Hoy la pandemia por el COVID-19 ha acercado a maestros y alumnos en contener y acompañarse. Conoceremos conceptos necesarios básicos, para poder entender lo que es una pérdida, les haremos llegar en este blog herramientas para que los docentes puedan acompañar de manera asertiva a sus alumnos.
Llamamos duelo al proceso de adaptación a una nueva realidad que se tiene cuando sufrimos una pérdida emocional en nuestras vidas.
Una pérdida, para dar lugar al proceso del duelo, tiene que tener dos características:
-Tiene que haber un vínculo emocional
-La pérdida es para siempre o se percibe como irremplazable.
Generalmente la pérdida se relaciona con un vínculo emocional con la persona, animal, objeto, proyecto o situación vital que se ha perdido o se ha terminado.
Es importante señalar que un proceso de duelo no solo se da cuando perdemos una persona querida.
Un proceso de duelo se puede dar con la pérdida de cualquier cosa con la que tenemos un fuerte vínculo emocional, por ejemplo puede ser una
mascota.
Hemos visto procesos de duelo de gran intensidad en personas que tenían un fuerte vínculo afectivo con su mascota. Duelo es también, se presenta también ante el final de situaciones vitales que se consideran irremplazables, como el fin de una relación emocional, con la pareja o de amistad, o con la pérdida de objetos con los que tenemos vínculos emocionales o que evocan recuerdos emocionales, como una casa, un regalo especial, etc.
Cabe recalcar que estos tipos de duelos podría pasar por las mismas fases para superarlo. Cada duelo es único. Y cada persona hace una experiencia muy particular de la muerte o pérdida; cada persona creará su propia experiencia de duelo a su modo. El proceso de duelo será más o menos intenso en función de la fortaleza de ese vínculo emocional, de las circunstancias vitales, de la forma de la pérdida y la personalidad del doliente.
La segunda característica, es que la pérdida es para siempre y se percibe como irremplazable. Esto lleva al proceso o camino de adaptación. Esta camino a la adaptación no solo se lleva en la vida cotidiana, sino que podría presentarse, a nivel emocional ya que la pérdida, supone que las emociones que sentíamos hacia la persona que ya no está, tienen que re colocarse y re canalizarse, teniendo que adaptarse al nuevo entorno emocional.
Esta proceso de adaptación en las emociones debería darse de una manera sana, fluida y en un plazo no muy largo en este proceso del duelo emocional. También se produce un proceso de adaptación, ya que se debe lograr aceptar las emociones que recibimos de la persona que ha partido.
Esta adaptación nos lleva a que se debe reorganizar los pensamientos surgidos por la pérdida, como por ejemplo;
-¿Y ahora qué voy a hacer?
-¡La vida no tiene sentido!
-¡Qué será de mí ahora!
-¿Por qué a mí?
-¿Cómo me voy a organizar?
Como parte de la reacción de pérdida, algunas personas pueden desarrollar sentimientos de tristeza, y síntomas asociados como ansiedad, insomnio, pérdida de peso, incluso pueden presentar cuadros depresivos con toda su sintomatología.
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